CAPITULO I [Aeron Rage]

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Mensaje por Zaojeth Dom Dic 13, 2015 6:20 pm

Aeron Rage
Primavera, 16 de Mazort del año 2545 DGD

Son los últimos días y semanas de primavera en Casthalan, los días se vuelven un poco más calurosos dejando a un lado la frescura de la estación pasada. La tradición en el Reino de Antigua incurre en que a la llegada del verano, se realiza un gran festín en la capital, Victoria de Regmar, donde todos los nobles del reino son invitados a los salones de los Thal. La cosecha ha sido productiva en oriente, al igual que la pesca, por lo que muchas de las caravanas de todos los rincones se acercan para comprar los productos que se han conseguido.

Un grupo armado de tamaño medio se encontraba viajando a través del camino real en dirección sur, en el que se encontraba Aeron Rage, el segundo hijo de Lord Argus Rage, o al menos así lo consideraba su padre, pues su hermano gemelo Ser Aedric, había sido durante toda su vida lo que su padre siempre soñó como heredero, dejando al flacuchento de Aeron simplemente como un tributo para el mejor postor. Aeron Rage poseía características muy particulares típicas de los miembros de su familia; cabello rojizo, facciones pronunciadas, y ojos color miel amarillento, sin embargo, a diferencia de su hermano él tenía un cuerpo lánguido y debilucho que a duras penas servía para sujetar una espada. Aeron había sido entregado como pupilo en Bastión del Terror a Lord Farkas cuando apenas era un niño para que los Morghul cesaran conflictos con los Rage, por lo que desde ese entonces, había desaparecido del mapa diplomático de su familia.

El grupo llevaba el estandarte del cráneo de la Casa Morghul, y al frente del regimiento se encontraba el mismo Lord Farkas en persona cabalgando codo con codo con su hijo mayor, Ser Oseus.
Lord Oseus era un hombre temible de por sí, con el cabello blanco característico de los Morghul y los ojos color negro como la noche. Era sumamente tosco y corpulento, y tenía una barba que parecía no haber cortado durante toda su vida. Aunque su aspecto era lo de menos, pues las historias que se contaban de los Morghul eran sumamente terroríficas. Se decía que su casa provino de clanes de las montañas tan poderosos que incluso los mismos Thal de la antigüedad tuvieron que buscar su alianza en lugar de conquistarles por la fuerza, de allí provenían muchas de las costumbres que los Morghul practicaban contra sus enemigos, como descuartizar a sus victimas para obtener huesos para las armaduras de sus hombres.
Ser Ferce, en cambio era un hombre un poco más normal, se podría decir que incluso rosando lo común. Tenía una complexión media, y era bastante alto y con la cara larga. Su mirada inspiraba miedo y tenía una cicatriz que cruzaba su párpado izquierdo. Sus facciones eran alargadas y bastante pronunciadas, su rasgo más característico era su nariz ganchuda, que a pesar de su apariencia graciosa, nunca recibió ni un solo comentario por parte de los sirvientes de Bastión del Terror.

Aeron Rage se acercó a galope lento a Lord Farkas, pues ninguno de los miembros del grupo tenía idea de hacía donde se dirigían o cuál había sido el motivo de su partida tan sigiloso y sin hacer ningún comentario en lo más mínimo a nadie.
Cuando Aeron observó a Lord Farkas, este último lo miró con una expresión sombría, al punto de que Aeron quisiera darse la vuelta simplemente para regresar a la formación, pero tomó coraje para hablar con el intimidante señor.

- Mi lord, llevamos días cabalgando hacía el sur y no sabemos ni siquiera hacía donde nos dirigimos, muchos de los hombres tienen dudas aunque temen preguntarlas, ¿se puede saber qué estamos buscando? - preguntó con un nudo en la garganta Aeron Rage. Temía lo que Lord Farkas pudiera pensar sobre él.

- Buscando no, Aeron, no tenemos interés en encontrar algo, sí no más bien, que nos encuentren - contestó Lord Farkas con una voz poderosa y profunda que parecía venir desde el propio infierno.

Una vez terminó su frase, detuvo inmediatamente la marcha con una seña. El grupo se había detenido en la mitad de una arboleda, y un poco más al suroeste se podía observar el poblado de Bury a lo lejos, como sí fuera una pequeña migaja de pan en el gran plato del festín de un señor.

- ¿Perdone, mi señor? - cuestionó nuevamente Aeron Rage mientras observaba que Lord Farkas y Ser Oseus bajaban de sus caballos y caminaban al lado de un banderizo, por lo que Aeron procedió a bajar la espada del caballo de su señor y llevarla en señal de respeto y servicio hacía su persona.
La espada en las manos de Ser Aeron se encontraba envuelta en una funda de cuero hermosa, curtida probablemente por alguno de los mejores especialistas en la técnica en Bastión del Terror. Dentro de ella, se encontraba una espada de acero templado de un color negro oscuro y que poseía un filo capaz de atravesar incluso el tronco de un árbol mediano.

Lord Farkas hizo una seña al banderizo y posteriormente tomó su espada de las manos de Aeron. El banderizo mantuvo firme el estandarte mientras Farkas desenfundaba su espada en un movimiento lento, dejando fluir el acero a través del cuero que lo rodeaba. Cuando la espada se encontraba en sus manos, pasó a colocar la espada en su mano izquierda y la funda en manos de Ser Oseus.

- Arrodíllate, muchacho - ordenó Lord Farkas con su voz profunda mientras veía con seriedad a Aeron, quien obedeció en el acto agachando su cabeza ante el imponente señor, que posteriormente continúo hablando. - A través de todos estos años me has servido bien como escudero. Después de todo, los Rage parecen haber entendido su lección después de todos estos años y han cesado con su intento de demostrar poder ante nuestra poderosa casa. Pero hoy ha llegado el momento de que cumplas con tu función para con esta familia. Alzate ahora, Ser Aeron Rage. - concluyó Lord Farkas moviendo el filo de su espada en señal ceremonial a través de los hombros de Aeron Rage.

¿Un caballero? Aeron se encontraba totalmente anónadado. La Casa Morghul se había pasado toda su vida humillandole en señal de debilidad y diciendo que los Rage eran hombres débiles que deberían estar sometidos en lugar de formar parte de la corte mayor de oriente. Algo se encontraba mal, pero Aeron no le otorgó mucha importancia; después de una vida de humillaciones era un caballero, ahora se encontraba al nivel de su hermano, Ser Aedric, y lo que le daba más ilusiones todavía era que su nombramiento había sido decisión de Lord Farkas en persona.

Ser Aeron Rage se levantó con la mirada en alto y observó a Lord Farkas fijamente a los ojos, asintiendo con la cabeza. Lord Farkas le miró con seriedad y posteriormente sujetó su brazo, estrechándolo de una forma respetuosa pero sin rosar lo fraternal.

- Ser Aeron, te he traído aquí el día de hoy por qué los eventos de oriente nos han obligado a venir. Seguramente te has enterado del último banquete que ha organizado la Casa Snuf en Althemyr. En el banquete, la Casa Snuf solicitó a todos sus vasallos su incorporación en el ejército que han estado formando para la protección de oriente. Por todos tus años de servicio y de lealtad, y después de mucho pensarlo he decidido traerte a ti como el comandante en representación de la Casa Morghul - comentaba Lord Farkas a Ser Aeron con una expresión fría, sin mostrar si quiera una sonrisa o una muestra de fraternidad.

Ser Aeron había estado presente en compañía de Lord Farkas, cuando apenas era un simple escudero. Se había enterado de una reunión en los salones de Lord Wyon cuando se encontraban en Althemyr, pero no prestó demasiada importancia a dicha reunión; ahora sabía de lo que se trataba, y se encontraba orgulloso de formar parte del nuevo ejército de oriente.

- Mi señor, me encuentro honrado por su decisión, y aceptaré con humildad la responsabilidad de dirigir a sus hombres si usted así lo desea - respondió el joven Ser Aeron con una sonrisa de oreja a oreja, sin poder contener la euforia que sentía por el momento.

Lord Farkas asintió con la cabeza y desvío su mirada hacía el poblado de Bury. Un pequeño grupo de jinetes con el emblema de la Casa Snuf; las máscaras riendo, venía a paso ligero subiendo, la colina por la que se encontraban. Había llegado el momento de ceder a los hombres que Lord Farkas había reclutado por órdenes de Lord Wyon.
Tras unos minutos, los jinetes de los Snuf se posicionaron enfrente de los nobles e inclinaron la cabeza en señal de respeto a los Morghul.

- Mi señor, hemos venido por órdenes de Lord Wyon para traer a los hombres que ha solicitado. Nos dijo que se encontrarían cerca de Bury en esta posición con el regimiento que había solicitado - dijo el que parecía ser el capitán de los jinetes.

- Así es, soldado. Las tropas están listas. Dele recuerdos de mi parte a Lord Wyon - dijo Lord Farkas mientras devolvía su mirada a Ser Aeron. - A partir de ahora, estos son tus hombres, Ser Aeron Rage. Hazme sentir orgulloso y que ha valido la pena todo lo que la Casa Morghul ha sacrificado por tu crianza.

- Así lo haré, mi lord - dijo con un nudo en la garganta Ser Aeron mientras subía a su caballo y se colocaba entre los jinetes. - ¡Síganme, a partir de ahora lideraré el camino! - gritó en tono de mando mientras volvía a formación.

La mayor parte de los hombres se retiraba con Ser Aeron Rage, mientras que un puñado de ellos, que habían recibido órdenes previas para su funcionamiento como escolta, se mantenían con Lord Farkas para escoltarlo nuevamente hacía Bastión del Terror.

El atardecer se hacía presente en el horizonte mientras los hombres se iban alejando poco a poco en el horizonte. Lord Farkas se mantuvo en silencio durante un largo rato mientras Ser Oseus le observaba con curiosidad. Pasados unos momentos, cuando los hombres ya se habían esfumado, el silencio se rompió.

- Parece que Aeron ha picado de lleno, padre, pero, ¿por qué enviarle a él en lugar de a uno de nosotros, tus hijos? - preguntó Ser Oseus con la mirada fría y clavada en su padre, que no despegaba su vista del horizonte.

- Oseus... querido hijo. Siempre he halagado tu pensamiento como militar, pero me ofende tu estupidez y tu logística. Lord Snuf arma este ejército para luchar en un futuro contra los Thal. Cualquier hombre en sus cinco sentidos en este reino sabe que luchar contra los Thal representa una muerte segura, y no dejaré que uno de mis hijos muera en el campo de batalla por la imprudencia de Lord Wyon. En cambio, este... "Ser Aeron Rage" - continuaba en señal de burla Lord Farkas, volteando a ver a Ser Oseus durante un instante - es un caballero fresco y dispuesto a morir por la mano que le ha dado de comer durante todos estos años. La Casa Morghul participará; sí los Snuf ganan algo en algunos años, nos beneficiará a nosotros, y sí no, podremos decir que nos han obligado a ceder parte de nuestros hombres y jurar vasallaje a los Thal, por lo que nuestra reputación quedará intacta, ya que un Rage se encuentra dirigiendo a nuestros hombres. Pero debemos estar listos, por qué una guerra siempre terminará llegando a las puertas de nuestro hogar. Recuerda siempre, hijo mío: La muerte es nuestra aliada. - terminaba Lord Farkas con una expresión sombría.

Una sonrisa se dibujó en el rostro de Ser Oseus de oreja a oreja, pues las palabras de su padre eran brillantes y tenían gran sentido. Ambos Morghul se retiraron a sus caballos, y cuando la noche cayó, se encaminaron nuevamente hacía Bastión del Terror entre las sombras, pues la muerte era su aliada.
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