En tierra de ciegos el tuerto es Rey.

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Mensaje por Ruben Jue Dic 10, 2015 11:19 pm

En este mundo cruel y salvaje, la humanidad no esta muy lejos de los animales, aqui rige la supervivencia del mas fuerte o el mas listo. La humanidad desde sus inicios se ha automutilado con un solo proposito: Supervivencia. Guerra, esclavitud, reinos, imperios.. Todo con ese solo objetivo y siempre destinando el beneficio a unos pocos afortunados. Pero, debe ser esto asi? Es lo que se pregunta Florencio del Abeto; un humilde campesino de los bosques del norte que sobrevive de su trabajo, a pesar de que está consciente de que solo esta sirviendo a llenar la mesa de otro aún, al igual que todos, tiene la ilusión de que trabajando duro es posible superarse. Los últimos eventos de su vida le han demostrado que no. Si quieres algo en el mundo debes tomarlo por la Fuerza, la unica cosa que entiende la humanidad es la coacción...

Todo esto empezó con un herido y cansado Florencio, que regresa a su hogar luego de ser atacado por unos bandidos por razones que desconoce. Carga consigo su hacha, una espada de hierro rota y una bolsa de monedas además de una pierna herida y cubierto de lodo, los vecinos, que le conocen muy bien salen a su auxilio a preguntarle que le pasó, porque estaba asi. "el bosque ya no es seguro" respondió Florencio mientras seguía caminando a su cabaña, la gente lo miraba con confusión y temor, "a que te refieres?" Preguntan los mas atrevidos. "fui atacado por unos bandidos, no se como ni porque pero algún noble de alguna casa era su guía por estos lares, también hay mercenarios de la compañía del oso y otros horrores, tendremos que aprender a defendernos o moriremos aqui" respondió Florencio mientras se escuchaban susurros de la gente asustada hablando entre si, "como vamos a defendernos? No tenemos armas, solo somos campesinos. Lo que te sucedió fue algo del azar, no vamos a arriesgarnos" dijeron, y fueron respondidos con indiferencia mientras Florencio cerraba la puerta de su cabaña.

Pasaron las horas y Florencio ya habia atendido sus heridas y se habia limpiado, mientras contemplaba la espada rota en sus manos, florencio estaba claro que si volvia a adentrarse en el bosque se conseguiria con los bandidos de nuevo y no correría con la misma suerte, su meditación es interrumpida por unos golpes secos en su puerta y se dispone a dirigirse a ella para abrirla, quien era, nada mas y nada menos que soldados del reino, acompañados de Ghill el cobrador, famoso de ser un corrupto de primera, tramposo y vil, "vinimos a cobrar el impuesto de usofructo", dijo este, florencio miro sobre sus hombros y observo a la gente observando por sus ventanas la situación, sabrían que serían los próximos y se mantenían atentos al suceso. "cual impuesto?" Respondió Florencio con seriedad, ya hacia un tiempo que el Rey venía abusando de sus atribuciones y ya estaba pisando sobre hielo frágil, "por decreto del Rey, se les cobrara a los campesinos por el uso y disfrute que le dan a la tierra, propiedad del rey. Cada vez que cultiven, talen, cazen o pesquen tendrán que pagar por ello" dijo Ghill apoyándose en los soldados detrás de el, "esto es absurdo, usamos la tierra para ganarnos el pan de cada dia, no tiene ya el Rey suficiente con que la comida le llegue sin mover un dedo?" Respondió Florencio enojado, un soldado pretendió acercarse a él, y Florencio, ya cansado de todo y del dia de hoy, tambien respondió haciéndole frente pero Ghil le detuvo, "tranquilo pordiosero, y cuida ese lenguaje o hare que te encarcelen, paga el impuesto y nos iremos asi de simple". Florencio a regañadientes entra de nuevo en su cabaña en busca de algunas coronas y va y se las entrega al cobrador, este sonriendo guarda las coronas y pasa a la siguiente cabaña, Florencio mueve la vista hacia los vecinos y les mira a los ojos, sin decir una palabra ya sabían lo que pensaban. Indignados totalmente y solo eso podian hacer, quejarse.

La mañana siguiente, Florencio se levantó temprano y noto el disgusto entre los otros campesinos, les estaban quitando dinero que habían ganado humildemente, Florencio sin pelos en la lengua advirtió que esto era solo el principio, el rey volverá a exprimirles con alguna otra tontería si ellos no les hacían frente, pero los vecinos aun se sentían muy timidos como para apoyar a un idealista que no da seguridad de nada; el dia continuó como cualquier otro día, la noche cayó y Florencio volvió a su cabaña cuando apunto de abrir la puerta se escucho un grito de auxilio que venía de una de las casas mas cercanas al bosque, Florencio agarró su hacha y se dirigio con toda velocidad al sitio del suceso encontrandose con otros vecinos en el camino, al llegar la escena dejó al pueblo en silencio: Una mujer yacía sobre el cadáver degollado de su esposo, "lo mataron! Esos animales lo mataron para robarle!" Exclamaba la mujer mientras las lágrimas corrían por su cara, la indignación llegó a su punto mas alto cuando de entre la multitud salieron los niños del difunto "PAPA NO!" gritaron desgarradamente los infantes mientras corrían a abrazar el cadaver, Florencio se dio la vuelta hacia el pueblo con su hacha en la mano, "no quisieron escucharme la primera vez. Lo harán ahora?" El pueblo le respondió con silencio una vez mas. Florencio enardecido exclamó "que carajo les pasa a ustedes?! Tan asustados están que son incapaces de responderme?! A que van a esperar?! A que sea su esposo? Sus hijos? Su mujer? ... Voy a agarrar mi caballo y me voy al bosque a buscar a los responsables asi tenga que hacerlo yo solo". Y atravesando la multitud con el cuerpo se dirigió al establo mientras cada vez se escuchaban menos el llanto de los seres, al arribar al establo y colocarle la silla al caballo volteo su rostro y un hombre agarrando un caballo dijo, "yo iré contigo".

"y yo" . "yo tambien"'. "todos iremos contigo". Dijeron un grupo de hombres a lo que Florencio asintió. Todos preparados salieron al galope en dirección al bosque a donde vieron los asesinos dirigirse.

Los minutos se volvieron horas mientras galopaban por el oscuro bosque, cuando a la distancia observaron una fogata por lo que decidieron desmontar y acercarse a pie sigilosamente, al llegar lo suficientemente cerca dieron con el clavo: Tres hombres de mala pinta, armados y con varias bolsas de monedas, uno de ellos conversaba con el otro sobre el último suceso, "fue divertido. El tipo suplicó que tenía esposa e hijos, soy una persona comprensiva. De tenerlos ahí los hubiera mandado a la otra vida todos juntos!".

"ANIMALES!" Florencio grito saliendo de entre las sombras embistiendo a los bandidos blandiendo su hacha con los demas hombres detrás de el, Florencio sin miedo a la muerte que ya había sentido de cerca se abalanzó contra el bandido que tenia mas cerca, cuando este quiso desenvainar su espada le propinó un hachazo al brazo, amputándoselo instantáneamente, la inercia del movimiento hace que suelte el hacha y el otro bandido aproveche para atacarle, la reacción de florencio fue meter la mano y la espalda atravesó su antebrazo pero la furia y la adrenalina del momento hizo que hiciera caso omiso al dolor y sujetando con su otra mano el brazo del bandido, se saca la espada y embiste al bandido para que caiga al suelo y empezó a asfixiarle con sus manos hasta que la vida escapó por los ojos del bandido, los hombres se habían encargado de los demás y solo quedaba el bandido amputado que gritaba de dolor en el suelo, la sangre chorreaba del antebrazo de Florencio cuando este agarra del suelo su hacha y se dirige lentamente al bandido que clama por piedad pero sus palabras entran a oidos sordos, al acercarse lo suficiente el bandido captó su atención con unas palabras, "te dire todo, te diré todo dejame vivir porfavor!".

"que vas a decirme?" Respondió florencio sosteniendo el hacha ensangrentada, "Nos pagaron para robarles, asesinarles.. Sembrar el temor en ustedes." - "porque? Quien?" Respondió Florencio confundido. "el dueño de estas tierras.. Siente que no debería pagar por los frutos que da algo que es suyo, no tiene intención de continuar pagando sus servicios, los quiere fuera de estas tierras, nos pagó para asustarlos y que se vayan, para el poder apoderarse de esto, lo juro llévate el dinero!" . Florencio blandeo su hacha y la incrustó con fuerza en el cráneo del bandido matandole instantáneamente, Florencio observó a los hombres, "recogan el dinero, debemos volver a casa". Nadie dijo nada, ni comento nada al respecto durante el viaje de regreso que también tomó sus horas.

Al volver, se encontraron de nuevo con soldados del reino y la gente se encontraba afuera de sus casas aglomeradas observando algo, Florencio se bajó del caballo deprisa y se acercó a la multitud. Era Ghil de nuevo, hablando a la gente mientras un soldado sostenia a un hombre que gritaba y pateaba, "El pago del impuesto es obligatorio para la población dentro del territorio del reino, su omisión incurrirá en un delito con pena de prisión. Que esto sirva como lección.."

"Detente Ghil" interrumpió Florencio y toda la gente dirigió sus ojos a el. "madre mia, pero que te paso? Un accidente talando?" Dijo Ghil entre risas, Florencio se acercó a el con firmeza a la mirada atenta de los soldados que colocaban su mano en la empuñadura de su espada, Florencio extendió la mano de Ghil y puso sobre ella la bolsa de monedas que le quitaron a los bandidos, "esto pagará la deuda de ese hombre y de los que falten. Lárgate". Diji Florencio en un tono frio y amenazador, Ghil pesó la bolsa y sonrió, "por ahora" respondió y ordenó que soltaran al hombre y se marcharon del pueblo. Todo el mundo se quedó observando a Florencio callados e impresionados por lo que presenciaron, "vuelvan a sus casas" dijo y este y así hicieron, dejando el lugar vacío, un hombre se acerca a Florencio y le toca el hombro este se voltea y para su alivio era Ygrid el curandero del pueblo,"Florencio, estas sangrando, debemos curarte esa herida o se infectara". Ambos hombres se dirigieron a la cabaña del curandero en la fria madrugada; mientras Ygrid atendía la herida de Florencio este conversaba con el.

"lo que hiciste hoy, fue algo estupido, imprudente y peligroso, pero, quizás sea eso lo que necesita este lugar. Alguien que no tenga miedo de defender lo que considera que esta bien y atacar lo que esta mal, que tenga ideales inquebrantables y que le duela su gente. Tengo muchos años y he visto muchas cosas raras en esta vida, pero lo que nunca he visto aún es a alguien que no se arrodille ante el látigo. No sé, quizás sea hora de que alguien cambie las reglas del juego. Unas que si provoquen seguir..

Bueno, ya he terminado. Deberías irte a la cabaña y descansar". Florencio se quedó pensativo ante las palabras del viejo Ygrid y luego de meditarlo un poco, salió con rapidez de la cabaña y entró en la suya y recogió la espada rota que trajo dias pasados y la llevo a la herrería de su cabaña y comenzó a martillar un pedazo de hierro..


CONTINUARÁ
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Mensaje por Ruben Vie Dic 11, 2015 10:39 am

Florencio era el hombre del momento, su nombre andaba en las bocas de todos los vecinos de Arboleda de Jhart, incluso algunos han dicho que podría convertirse en el nuevo Lord del lugar, aunque la gente gusta exagerar las cosas y llevarlas a niveles de historias épicas.. lo cierto es que, Florencio ya se ha hecho cierto renombre entre los campesinos y se le ha caracterizado por ser "un lider de la comunidad" puesto que con sus palabras logra motivar y convencer a cualquiera, las visitas a la cabaña de Florencio empezaron a hacer más frecuentes, la gente le pedía consejo, ayuda y hasta socorro puesto que era el campesino que mas experiencia en combate tenía por los momentos; la espada de hierro antes rota ahora ha sido reconstruida por el mismo Florencio y se ha convertido en una herramienta que le sigue a todos lados, colgando de su espalda como una parte mas de su cuerpo, las semanas siguieron pasando y los impuestos siguieron llegando y subiendo; Weystar el lord y dueño de estas tierras cada vez mas presionaba y exprimía a su proletariado a que abandonaran sus rutinarias vidas y se dedicaran unicamente a trabajar gratis para el, es solo cuestión de tiempo para que el agua llegue a su punto de ebullición y se espera que a la cabeza de este movimiento este Florencio, el nuevo elegido por el pueblo como su "Abogado".

La vida de Florencio ya no es tan tranquila como antes, su cabaña ya no es como las demás, Florencio ahora se dedica más a la herreria que a otras cosa, y se dice que ha construido una suerte de espacio para entrenar con la espada usando un saco de maiz entre otras cosas rudimentarias, además que se le ha visto levantando sacos y arreando por si mismo el suelo, tratando de mejorar su condición física, ya no es mas un campesino, sabe que la vida no será como antes mientras sigan bajo el yugo de su señor, pero aún no tiene el apoyo suficiente de la gente y no llegará a ningún lado sin la ayuda de un noble que le proporcione la logística como para armar a un ejército capaz de tumbar el gobierno, pero las cosas iban a tomar un giro en favor de Florencio, cuando fue anunciado por los Gritones del pueblo un nuevo decreto: "Debido a que se acerca el invierno y las consecuencias que esto acarrea, Lord Weystar ha decretado un aumento del 15% en el impuesto del usofructo, el que incurra en mora será castigado severamente". La gente que escuchaba el decreto se miraban las caras con disgusto y temor y se quejaban en susurros sobre la osadía de su señor. Dado los eventos, clandestinamente se convocó a una asamblea popular en una de las casas nobles de la arboleda liderada por Yovara Barba Gruesa un comerciante conocido entre la arboleda debido a que su negocio se basa en comprarle los frutos a los campesinos para revenderlo a los mercados del poblado por lo que es muy conocido entre los vecinos como un hombre de buenas costumbres y buen mercante.

Campesinos de todos los rincones de la arboleda se reunieron en el sótano de la casa para presenciar la audiencia, Florencio fue uno de los ultimos en llegar cuando Yovara tomo la palabra:

- Estamos aqui porque sabemos lo que sucede, a todos nos afecta las decisiones de nuestro Lord. He convocado esta asamblea para que expresen sus ideas y opiniones y asi buscar una solucion pacifica a este problema. Levanten la mano y se les cedera la palabra para ser escuchados.

Uno de los oyentes levanto la mano y se le concedio hablar, tomo aliento y con voz firme dijo: "Estos impuestos me dejan sin nada, no puedo alimentar a mi familia". La sala se lleno de gritos y ruido de los campesinos que empezaron a hablar todos a la vez "ME PARTO EL LOMO POR OTROS!" , "MIS HIJOS TIENEN HAMBRE!", "NO TENGO DINERO PARA COMPRAR NUEVAS HERRAMIENTAS ASI NO PUEDO TRABAJAR!" eran una de las cosas que se lograban escuchar entre la conmocion; Yovara llamo al orden y al silencio para poder entenderse, cuando el pueblo quiso, la sala se puso en silencio de nuevo y Yovara tomo la palabra

- Se lo que me dicen, yo tambien lo sufro, como les cobran impuestos los frutos valen mas de lo que puedo gastar y entorpece los negocios, sé que si todos expresamos nuestro disgusto al Lord podremos llegar a un acuerdo.. - "Eso no funcionará" - Interrumpió una voz entre la multitud a Yovara, este guarda silencio y todos los oyentes se abren para dar paso al osado, y resulta que fue Florencio, quien mirando a todos lentamente se fue acercando al estrado; todos comenzaron a susurrar "Es el, el muchacho que pago los impuestos la otra vez" . se escuchaban susurrar a los campesinos mientras le veían pasar.

- Jhart Weystar no tiene intenciones de negociar, está motivado en hacer que trabajemos gratis para él y de paso hacernos pagar por vivir en las tierras que el clama suyas. Mi hogar ha sido incluso atacado para presionarnos a ceder. - Dijo florencio mientras se subia al estrado junto a Yovara. - El lord no entenderá otra razón a la coacción. Es solo cuestión de tiempo para que los abusos lleguen a cada rincón de la arboleda, yo les ofrezco una salida que no será fácil pero será la solución definitiva a todo esto, los que quieran seguirme, sea quien sea puede hacerlo ahora. -

La gente quedó conmocionada, hablaba entre sí, parecían dudosos, temerosos, confundidos, no estaban listos para esto, han sido campesinos por toda la vida no soldados. Yovara llamó una vez mas al orden y se dirigió a Florencio: "Joven, esta usted llamando aqui en mi casa a una rebelión? que irrespeto, no lo permitiré!" Florencio volteó su mirada a Yovara, "Tarde o temprano, vendrán por usted Tambien. Al lord solo le importa su propio pellejo, puede unirsenos o quedarse fuera pero no nos estorbe".  En eso, un fuerte golpe se escucha y la puerta del sótano es derribada y de ella aparecen varios soldados del Lord entrando armados a la asamblea amedrentando a la gente y golpeandola.

- YOVARA BARBA GRUESA, QUEDAS ARRESTADO POR CONSPIRAR CONTRA TU SEÑOR. - Grito el capitan mientras la gente gritaba, forcejeaba y trataba de luchar contra los soldados con poco exito, Florencio se puso delante de Yovara y desenfundo su espada, "Quedate conmigo si quieres vivir".

- TODOS LOS PRESENTES QUEDAN BAJO ARRESTO POR CONSPIRACION, LLEVENSELOS! - Exclamo el capitan y los soldados comenzaron a dirigirse al estrado en donde se enfrentarian contra Florencio, era hora de ver si esos momentos entrenando le sirvieron de algo, cruzo espadas con el primer soldado que se le acercó y, a pesar de no haber sido entrenando en combate, la fuerza de Florencio debido a su trabajo y la ferocidad y determinación que le caracteriza lo convertía en alguien de cuidado, al chocar las espadas con el mismo movimiento pateó al soldado a la altura de la pelvis y este cayó rendido al piso, Florencio con la pierna lo empuja por las escaleras del estrado y entorpece el movimiento de los demas soldados. "Por aqui!" le grita Yovara a Florencio para que lo siguiera,  ambos saltan del estrado y atravesando la multitud Yovara mueve una libreria que cubría un pasaje oculto, ambos entraron al pasaje y Florencio movió de nuevo la libreria. El pasaje los llevo a los cuartos de arriba de la casa Barba Gruesa, "Y ahora?" dijo un Florencio agitado, "Improvisamos!" Respondio Yovaran abriendo la ventana y saltando a través de ella, Florencio al asomarse hacia abajo observa que había un cerro de paja en el suelo y decide entonces saltar también, la paja les alivia la caída y se dirigen al establo de Yovara donde ambos se montan en el mismo caballo y galopan fuera del poblado en dirección al bosque.

Ambos personajes salvaron su pellejo de aquella situación, Yovara agradece a Florencio haberle salvado, "Para ser solo un campesino sabes defenderte" dijo mientras trataba de calmarse, "Escucha, esto es solo el principio, acabas de ver el verdadero rostro de tu Señor. Me debes una, y te la cobraré ya mismo.  Necesito ayuda, necesito nobles que quieran unirse a salir de esto para que financien un armamento para nuestra gente, sino, no saldremos de esta." Respondió Florencio. "Veré que puedo hacer, pides demasiado pero tengo que retribuirte, ya no es seguro que sigamos aqui, somos fugitivos de la Ley ahora." Dijo Yovara mientras Florencio se bajaba de su caballo.

- Yo puedo caminar desde aquí. necesito regresar a mi casa, siempre puedes venir a la Arboleda si necesitas refugio, esperare tu llegada. - Dijo Florencio en vainando su espada y despidiendóse de Yovara que se aleja galopando al bosque; de seguro ahora que los rumores de conspiración han llegado a los oídos del Lord, la respuesta será brutal hacia el poblado y Florencio deberá alertar a su gente de la tormenta que se avecina, por ahora solo agradece poder haber salido vivo de esta.

CONTINUARA.
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En tierra de ciegos el tuerto es Rey. Empty Re: En tierra de ciegos el tuerto es Rey.

Mensaje por Zaojeth Vie Dic 11, 2015 11:57 am

Debido a tus acciones te has ganado una reputación en Arboleda de Jhart y alrededores, por lo que recibes:

+ 45 de renombre
+ 4% de honor

* Espada de hierro reparada
* Comerciante Yovara (Séquito)
Bonificación: Los precios de armas se reducen un 15%

Revisa la pancarta de misiones en cuanto puedas, colocaré una especial para ti de acuerdo a tu historia.
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Mensaje por Ruben Vie Dic 11, 2015 7:40 pm

Las cosas estaban saliendose de control, Weystar ya estaba al tanto de lo que estaba sucediendo y ya mandó represalias contra sus subordinados, a pesar de que seguramente pagó gente inocente Florencio lo vió como una oportunidad para cumplir su propósito, despues de dejar a Yavara encomendado por el favor que le pidió corrió hasta su hogar, necesitaba replantear su siguiente movimiento, con suerte, Yavara conseguiría el apoyo de algun noble y podría financiar su ejercito de liberación; pasaron las horas y Florencio logró llegar a su hogar y todo permaneció bien por unos dias en la Arboleda pero para su sorpresa, no duraría mucho, en la noche un fuerte golpeteo en su puerta inquiera a Florencio el cual por las ranuras de la puerta logra ver que son guardias del Lord Waystar enviados para apresarle.

- Florencio sabemos que estas aqui. entregate ahora mismo! - Grita el capitan de la guardia mientras sigue golpeteando la puerta, Un enfrentamiento directo seguramente acabaría en una muerte segura o que le arrestaran, asi que debe ser rápido por lo que. Arrastra la mesa de madera de su sala y la coloca en la puerta. Los golpes se hacian mas y mas frecuentes hasta que comenzaron a tratar de tumbar la puerta, la mesa no duraria mucho asi que Florencio corrió a la parte trasera de la cabaña e intenta salir por una de las ventanas que dan a la retaguardia de su cabaña, no sin antes recoger su espada en el camino Avanza unos cuantos pasos fuera de la cabaña y Se esconde en una de las cabañas vecinas.

El posicionamiento de la mesa frente a la puerta ha ganado algo de tiempo a Florencio, pues los guardias siguen intentando llamar a la puerta por las buenas.
Florencio sale por la ventana astillándose ligeramente con la madera, nada que no pueda curarse fácilmente, sin embargo, en el momento de arrastrar la espada consigo realizó un ruido, que promovió el intento de los guardias de tumbar la puerta.

"Abre inmediatamente o derribaremos esta puerta, Florencio" - dijeron los hombres de Lord Waystar antes de arribar la puerta.

Para cuando los hombres entraron, él se encontraba en una cabaña de los vecinos, quienes le dieron asilo y le acogieron por el renombre que se había hecho.

"Florencio, debes huir de Arboleda de Jhart si no quieres que te maten. En el futuro trataremos de hacer que nuestra palabra valga, pero no mueras simplemente por un deseo que no se puede completar tan rápido como quieres" - fueron las palabras del hombre que te dio asilo, acompañadas de una sonrisa cálida y reconfortante. Te entregó algunas coronas de plata para que pudieras comer en los días venideros en alguna posada.

Florencio agradece la generosidad del hombre pero se niega a recibir las coronas y se las entrega de nuevo en su mano, "No. ustedes lo necesitan más, gracias." Florencio se dirige a la ventana trasera de la cabaña y Cruza a través de ella con cautela para evitar ser detectado y se dirige al establo donde Intentaría coger un caballo para marcharse Bosque adentro lo suficientemente lejos para poner fuera de peligro a los campesinos.

Florencio sabia que al no encontrarle los soldados estos posiblemente ejercerían represalias contra los campesinos, esto invade la consciencia de Florencio, no es su estilo, nadie debe pagar por las cosas de otros piensa el, Florencio salio de la cabaña y se dirigió al establo sin embargo el caballo no se permite a sí mismo ser robado al conocer a su amo y lo tira al instante. Los guardias han escuchado una señal en el establo por lo que corre hacía allí, aunque afortunadamente Florencio logro levantarse a tiempo y huir a pie hacía el bosque.

La conciencia le remuerde, y decidio regresar a Arboleda de Jhart con la intención de entregarse. Los guardias, al verle, sonríen y posteriormente se acercan a el, dándole una paliza devastadora que le ha roto una ceja y le ha partido el labio, además de dejarle una lesión permanente en el brazo izquierdo. Le han desarmado y decomisado sus armas, posteriormente le han llevado ante Lord Waystar, quién se burla de el evitando juzgarte y te manda directo hacía las mazmorras.
Ha pasado dos semanas con unos harapos apenas cubriéndole, se has resfriado y ha bajado de peso. Su única compañera en este tiempo ha sido una rata y un gusano que encontraste en uno de los panes duros y podridos que le llevaron los guardias para mantenerle con vida. Piensasque podrá seguir aguantando más tiempo debido a su condición, pero no sabe sí es lo correcto.
Su amigo el comerciante Yavara se asoma por uno de los barrotes.

"Florencio, dime que hacer. Necesitamos sacarte de aquí, si pasas más tiempo aquí dentro morirás, mira como te han dejado, ahora a duras penas puedes estar de pie. Podemos contratar algunos mercenarios para sacarte de aquí" - decía el comerciante mientras esperaba por una respuesta.

Florencio abrió los ojos, su cuerpo sufre pero su conciencia esta limpia y eso le sobra mas que cualquier otra cosa, escucha a Yavara que le habla desde los barroters, ayudandose con la pared Florencio se levanta y se acerca a los barrotes a escuchar lo que Yavara tiene para decir, luego de escucharle, Florencio esta al borde de la corrosion espiritual, desesperado Intenta motivar a Yavara para que encuentre la forma de liberarle, que lo considere como pago por salvarle la vida.

Florencio le explica que aunque la gente se sienta unida no podrán hacer nada sin un financiamiento que los soporte para las armas y sin un lider que los guie todo será envano Florencio con las ultimas fuerzas que le quedan arranca un pedazo de sus harapos, y se lo da a Yavara "Muestrales, muestrales que aún estoy vivo, que sigo luchando por lo que creo, tal vez eso los anime; es hora de que el gobierno aprenda que solo existe para servir al pueblo, no a que el pueblo le sirva".

Florencio pierde sus fuerzas y vuelve a caer sentado en el suelo de su celda.

Pasadas algunas semanas vuelve a recibir noticias de Yavara, se has enterado por algunos rumores de que escapó del pueblo al parecer perseguido por haber robado un fondo en coronas de plata del mismo Lord Waystar.

Tras un mes de recibir la noticia, escucha como irrumpen en la prisión donde se encuentra. El guardia de su celda cae muerto ante sus pies y observa a Yavara con una hachuela en la mano manchada de sangre junto con un Hermano del Hierro y un campesino armado detrás. Abre rápidamente la puerta y le entrega la hachuela en la mano.

"Mi parte está hecha, Florencio. Ahora reclamemos este poblado para nuestro pueblo" - dice con una sonrisa en su rostro.

Florencio aún sorprendido por lo sus ojos estan viendo sujeta la hachuela con fuerza y torna su mirada ante Yavara, "Es hora." y pareciese como si Florencio cogiera un segundo aire, de la nada saco la fuerza suficiente para unirse a la batalla junto a la gente que confió en el, y ahora el debera retribuirles la confianza.

- A LA BATALLA! -

CONTINUARA
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En tierra de ciegos el tuerto es Rey. Empty Re: En tierra de ciegos el tuerto es Rey.

Mensaje por Ruben Dom Dic 13, 2015 10:14 pm

El poblado de la Arboleda de Jhart se encuentra en calma, cuando de pronto, una gran cantidad de Hermandos del Hierro llegan a la localización fuertemente armados. Tras unos instantes, varios de los campesinos reciben instrucciones por un famoso comerciante de la zona, quien comienza a repartir distintos tipos de armas que van desde palos hasta espadas y lanzas. Se arma una turba tras unos instantes, encendiendo antorchas por parte de los campesinos e inician la marcha hacía la mansión de Lord Jhart Waystar.

El poblado se encontraba en disturbio total, la gente que no participaba se mantenía refugiada en sus casas mientras que los aldeanos que deseaban participar en la ciudad salían a defender lo que ellos creían justo. Los hermanos del hierro se encontraban inspirados por la presencia de Ser Tyzen Azatha por lo que lo seguían en fé ciega después de algunas de sus victorias en campaña.

¡A la jodida batalla, vamos maldita sea hombres! - gritaba Ser Tyzen Azatha mientras dirigía a la columna principal de Hermanos del Hierro a través de la calle principal del poblado de Arboleda de Jhart. Ser Tyzen acababa de degollar a uno de los guardias con su espada y tiraba su cadáver hacía el suelo.

Las campanas resonaban en el poblado de Arboleda de Jhart indicándole a los hombres de Lord Waystar que se encontraban bajo ataque, desafortunadamente, gran parte de los hombres se mantenían distraídos por lo que el asalto les tomó por sorpresa y fueron ejecutados a sangre fría en la primera avanzada por parte de Ser Tyzen. Mientras los soldados corrían para refugiarse en el interior de la mansión, las puertas fueron cerradas impidiendo su paso. Los desesperados hombres se armaban de valor para contener el asalto, aunque algunos otros solo trataban de entrar por las puertas principales. Ser Joreg Tret se encontraba en el exterior cuando las puertas fueron cerradas, por lo que encabezó a los hombres del exterior para defenderse.

"¡Mantendremos esta posición, no retrocedáis! ¡Sembramos Fortaleza!" - gritaba Ser Joreg Tret tratando de inspirar a los hombres con el lema de la Casa Tret.

- ¡No tendremos piedad contra estos inútiles y cobardes, hermanos del hierro, detrás de mi! - gritaba Ser Tyzen alzando su espada de la Forja del Hierro y corriendo ferozmente en un ataque de ira contra Ser Joreg Tret

Florencio y los cinco campesinos lograron abrirse paso hasta la plaza principal de la Arboleda, donde se mantenian a la espera de sus ordenes mas de cien campesinos armados y unos cuantos mercenarios fáciles de reconocer por su armadura, "Que hacen estos aqui?" pregunto Florencio, "Vienen a apoyarle a usted Señor."

- "Señor?.. Hum.." - Respondió Florencio con incredulidad ante el campesino que le acompañaba, cuando uno de los vecinos de cabaña de Florencio corre hacia él emocionado de verle otra vez, "FLORENCIO! has sobrevivido!" Florencio se voltea y sorprende ver a su vecino Jarith; un joven al igual que él que en ocasiones compartieron rutinas de caza y tala juntos. "Jarith.. que bueno verte." Ambos estrechan manos con una leve sonrisa en los rostros de ambos, "Estas hecho un asco.. no te ha ido bien estos ultimos meses." Dijo Jarith humoristicamente para aliviar la tensión del momento, "He tenido mejores dias, cuentame quienes son estos?" Pregunta Florencio volviendo su vista a las filas mixtas que esperaban sus ordenes.

- Han venido por ti Florencio, creen en que tu seas capaz de sacarlos de la miseria, en cuanto a los mercenarios, vinieron con Yavara no se como hizo pero los convenció de venir a ayudarte. Esperan tus comandos todos, guíanos a la victoria." Florencio volteó su vista a las tropas, un mercenario de la hermandan del hierro se acercó a Florencio y le dijo que estaban listos. "Muy bien."

Los hombres de Lord Waystar a duras penas pudieron defenderse contra la masacre que ocasionaron los Hermanos del Hierro. Mientras el resto de los soldados trataban de defenderse por sus vidas, un combate implacable se desató entre Ser Joreg Tret y Ser Tyzen Azatha. En la primera arremetida, Ser Joreg se encontraba bloqueando con su mandoble, a lo que Ser Tyzen contestó con un golpe brutal que lanzó la espada de Joreg por los suelos y dejando su brazo extendido de forma horizontal. La espada de Tyzen cortó el brazo diestro de Ser Joreg en un rápido movimiento hasta el hueso, haciendo que brotara un borbon de sangre desde el muñón. Un alarido de dolor fue pronunciado por Ser Joreg antes de que Tyzen atravesara con su espada de lado a lado el cuerpo del herido Caballero de Tret, quien le miró fijamente a los ojos y en agonía solo mencionó: "Sembramos fortaleza" antes de de caer moribundo al suelo. Una vez desclavado de la espada, el caballero exiliado pisoteó su cráneo hasta destrozarlo y posteriormente siguió luchando contra los soldados de la Arboleda.

Los hombres que se encontraban en el interior de la amurallada mansión observaban la masacre disparando todo lo que tenían, desde flechas, virotes hasta piedras y armas arrojadizas para matar a cuantos pudieran. En el patio de la mansión, Ser Ogfred Waystar se posicionó con un regimiento bastante amplio de tropas para contener el avance de los hermanos del hierro, teniendo más tiempo tiempo para prepararse debido a que las pequeñas murallas de la mansión le protegían.

Mientras tanto, Florencio del Abeto actúo de una forma más estratégica, coordinando a los hombres que Ser Tyzen le había proporcionado para la batalla, quienes buscaron un punto más elevado para brindar apoyo a los hombres que seguían luchando fieramente en tierra.

Florencio logró arribar porfin a la mansión amurallada de Waystar, los arqueros de éste disparan desde las alturas contra ellos, había que luchar fuego con fuego, ante la imposibilidad de escalar la muralla Florencio tuvo que improvisar, entre el ruido y los gritos: Ordena a los arqueros de la hermandad que concentren su fuego sobre los arqueros de la muralla tanto como el este por el oeste. Junto con los pocos hombres de la hermandad de hierro, les ordena que en parejas se protejan con el escudo colocandolo hacia arriba de modo que fueran menos las bajas por flechas, tratando de crear como una suerte de cupula de hierro. Encabezados por Florencio como siempre, liderando el ataque, ordena que avancen lentamente cubriendose con los escudos hacia la puerta principal, lo unica manera de entrar a la mansión.

Hermanos del hierro, siganme. Nos mantendremos detrás del campesino que encabezará el ataque. Manténganse en guardia y alertas a cualquier cosa que puedan ver. Arqueros, necesito que se poscionen apuntando en dirección hacía la muralla delantera cuando nosotros pasemos por la puerta principal para eliminar a los arqueros que quieran emboscarnos. Infantería, mantengase en formación de cuña - gritaba con órdenes de comando Ser Tyzen Azatha mientras seguía a Florencio del Abeto.

ahora era momento de acceder al complejo, pues los mismos hombres de Lord Waystar habían abierto la puerta.
Florencio encabeza valientemente el ataque con una cúpula de escudos de los hombres de la hermandad del hierro mientras que los campesinos le siguen por la retaguardia, algunos cubriéndose también con los escudos, pero la mayoría de ellos desprotegidos. Se ha salvaguardado la mayor parte de la tropa en el avance hacía el interior de la fortaleza. Una vez que comienzan a entrar y se encuentran por la mitad de la puerta de la muralla, ocurre lo inesperado; los hombres de Waystar vierten aceite hirviendo desde la muralla, achicharrando en carne viva a los hombres de Florencio. Debido a la cúpula de escudos, parte del aceite hirviendo se vierte hacía los lados, pero al tener aberturas, también se irriga hacía el interior, quemando vivos a un par de hombres y tostando el brazo derecho de Florencio, dejándolo totalmente inutilizable durante el resto del asedio.

El movimiento ahora es dificultoso, pues los hombres que sobrevivieron al aceite se encuentran retorciéndose en el suelo, y algunos de los campesinos que contemplaron el suceso huyen desmoralizados hacía sus hogares.

Rápidamente, los arqueros de los Waystar disparan a matar una ráfaga de flechas que hace que se vuelvan a diezmar en cierta medida sus unidades, para que finalmente el grupo principal encabezado por Ser Ogfred Waystar le ataque de lleno en un combate cuerpo a cuerpo.

Una vez que el aceite hirviendo ha cesado, entra el segundo regimiento con Ser Tyzen Azatha en retaguardia dirigiendo a los hombres, a quienes lanzan un poco de aceite hirviendo pero no causa el mismo efecto debido a la protección de los escudos de más hermanos del acero.
Al entrar, los arqueros apuntan a la muralla principal y terminan con la defensa de las murallas de Lord Jhart. Una vez disparada la ráfaga de flechas contra la muralla, los hermanos del hierro se dirigen de lleno a la batalla para apoyar al primer regimiento.

La Casa Waystar ha utilizado la estrategia para equilibrar nuevamente el combate, y ahora las cartas juegan a su favor.

Ser Tyzen Azatha observó todo lo ocurrido con el aceite hirviendo, y enfurecido por la cobardía de los Waystar se desplegó de su batallón gritando algunas órdenes, pero caminando de manera solitaria a través del patio de la mansión. Sujetó uno de los virotes de ballesta colocado en el suelo y posteriormente caminó con firmeza hasta llegar al lugar donde se encontraban masacrando a los campesinos y hermanos del hierro. Se vio fijamente con Ser Ogfred Waystar y tras ello esperó a que viniera a buscarlo.

Florencio cayo al suelo retorciendose de dolor mientras los sobrevivientes al terrible ataque se desmoralizaban al horror que habian presenciado, Florencio intenta convencer a los que huyen de regresar, que no olviden porque hacen esto mientras con el brazo util que le queda sostine el escudo y lo Alza para cubrirse al tiempo que las tropas de Tyzen comenzaban a adentrarse; Florencio ordena como puede a los sobrevivientes que se agrupen con el y coloquen sus escudos al frente en fila, para crear una muralla que asegure que las tropas de Tyzen se sientan mas seguros al avanzar a la vez que van retrocediendo estos poco a poco para incorporarse a toda la tropa, da unas pequeñas palabras a sus hombres, de que lamenta haberles fallado y que si de morir se trata será el primero en abrazar su realidad, esto con intención de darles aires de heroísmo a sus tropas.

Las tropas avanzan contra el regimiento de los Waystar, diezmadas en número y en moral por el derramamiento del aceite hirviendo. Lo primero que se logra presenciar en dicho avance es el desprendimiento de Ser Tyzen de su batallón, quien se dirige directamente hacía Ser Ogfred Waystar con su espada y un virote de ballesta en la mano.
Ser Ogfred carga rápidamente contra él utilizando su mandoble, ataque que es desviado con algo de dificultad por parte de Ser Tyzen utilizando su espada. Durante la distracción, ser Tyzen ha intentado golpear en la cabeza a Ser Ogfred para aturdirlo, quién ha evadido su ataque y dado un guantazo en la cara de Ser Tyzen, quien pierde el equilibrio durante unos instantes que son aprovechados por Ser Ogfred para desenfundar su daga auxiliar y clavarla en el hombro del caballero exiliado.
Una vez incrustada la daga en el hombro de Ser Tyzen, ser Ogfred intenta retomar compostura para ejecutar un golpe mortal, pero es interrumpido por Tyzen, pues clava con fuerza el virote de ballesta en su garganta y le patea en un ataque de ira, tirandole al suelo mientras se ahoga con su propia sangre.

Una vez acabado el combate, Ser Tyzen se desclava la daga ensangrentada de su armadura y la lanza al suelo, regresando con su batallón.
Las tropas se posicionan a través del patio y Florencio del Abeto ha conseguido regresar éxitosamente al batallón, donde un sanador intenta curar sus quemaduras.
El breve discurso de Florencio ha resultado inútil, pues la mayoría de los hombres simplemente huyeron.
La muerte tan brutal de Ser Ogsfred y la captura de la muralla principal ha diezmado casi totalmente la moral de los hombres de los Waystar, quienes luchan a duras penas o simplemente se rinden para evitar sus muertes inminentes por parte de los hermanos del hierro y los campesinos.

La batalla ha sonreído a las fuerzas de oposición, ahora, su último objetivo es capturar la mansión.
Florencio fue atendido por el curado de la hermandad, lo suficiente para que pudiera blandir su espada, los campesinos están cansados, temerosos de como acabara esto pero Florencio al ponerse de pie y blandir la espada les inspira para continuar. "los que aún quieran seguir que vengan conmigo. Los demás no los juzgare si quieren irse; voy a matar a Waystar."

"los que se rindan y pidan clemencia, despojenlos de sus armas y dejen que se vayan, diganles que nosotros somos los buenos".

Una vez terminada la escaramuza en el patio de la mansión, los hombres proceden a recoger el equipo que encuentran en el suelo y a reintegrarse a las filas. El regimiento principal ahora es encabezado por Ser Tyzen Azatha mientras que Florencio del Abeto entrará cuando el área se encuentre despejada.
Los hermanos del hierro han tirado la puerta de la mansión por la fuerza, y ahora avanzan a a través de sus estrechos corredores. Varios de los hombres de Lord Whaystar han tomado a miembros de la hermandad por sorpresa y les han matado, pero posteriormente el regimiento principal les ha asesinado sin mayor problema.
Al ver la adversidad, muchos de los hombres de los Waystar restantes deciden rendirse, y para cuando llegan al salón, el simple hecho de ver los números hace que los guardias de Lord Jhart tiren las armas sin intención de luchar.

"Retírense, este es nuestro feudo, no pueden capturarlo por la fuerza, están infringiendo las leyes del Reino de Antigua. Los acusaremos con el representante del Norte, Lord Natius para que los ejecute por alta traición y..." - decía Ser Ram Waystar sujetando su espada de acero cuando fue interrumpido por Ser Tyzen Azatha, quien se acercó violentamente hacía él sin intenciones de escuchar sus argumentos.

Ser Ram Waystar actuó en forma defensiva y rápidamente lanzó varias estocadas hacía Ser Tyzen, quien las evadió y bloqueó con su espada en su avance. El desequilibrio provocado por Ser Tyzen hizo que el hijo de Lord Jhart perdiera el equilibrio. Tyzen aprovechó la situación para mutilar completamente la pierna derecha del caballero, haciendo que este gritara de dolor y cayera al suelo, apenas sosteniéndose con su espada. Ser Tyzen apuntó con el filo de su espada a su cuello para impedir que este se levantara.

Pasados algunos momentos, entró Florencio del Abeto con el segundo regimiento, que se posicionó de a cuerdo a sus instrucciones contra Lord Jhart.
Yavara, imprudentemente se lanzó a la batalla sin esperar instrucciones para intentar matar a Lord Jhart Waystar, quien le hizo un corte limpio con su mandoble de acero templado en el abdomen, haciendo que sus órganos salieran por la abertura y cayera inmediatamente muerto al suelo.

"No me esconderé más, Florencio. Estoy frente a ti, resolvamos esto con honor. Tú y yo, sin la interferencia de tus hombres" - dijo el anciano Lord retando a Florencio en el acto.

Florencio lo ha conseguido, acorralo a Waystar, pase lo que pase a partir de este punto el pueblo es libre, mas que suficiente para un simple campesino pero ¿porque detenerse allí?, Apretó con fuerza el mango de su espada y en su mano izquierda el escudo que irónicamente tenía el estandarte de los Waystar; no hubieron palabras, ni dialogo, era aquí y solo aquí donde terminaría todo. "No dejaré que un sucio campesino como tú me arrebate mis tierras. Te mataré yo mismo" - dijo Lord Jhart mientras chocaban espadas, posteriormente se separó y comenzó a lanzar una arremetida de ataques con el mandoble.

Waystar arremetió contra Florencio que se encontraba arrodillado por el corte, a pesar de todo este no perdió la cabeza y se concentró en lo que estaba haciendo, Lord Waystar ha fallado su ataque, dejando clavado su mandoble en el suelo del salón. Florencio aprovechó el momento para realizar un corte en el tobillo del Lord, que ha recibido debido a la distracción, pero posteriormente retomó compostura y desclavó el mandoble del suelo. Para cuando se encontraba nuevamente en una postura de pelea, Florencio tenía el escudo alzado nuevamente. En un acto defensivo, Lord Waystar se mantuvo firme al siguiente movimiento del campesino.

Florencio estaba consciente que la armadura y el mandodoble de Waystar le mantenían aún con la ventaja. Su alcance era mayor y sus ataques devastadores, había que atacar donde estuviera débil.

El duelo había llegado a su Clímax, Lord Waystar se mantiene arrodillado y sin energías; es un hombre viejo, un lobo herido y tendido en un duelo frente a uno de los más jovenes y fuertes de la manada. Te mira fijamente a los ojos y suspira de cansancio. Ha visto caer lo que más amaba frente a sus ojos.

"Los árboles recordarán" - fueron las últimas palabras de Lord Jhart Waystar, frase emblema de la Casa Waystar, antes de que la espada de Florencio atravesara su pecho bestialmente. Se ha quedado durante unos instantes retorciendo su espada en su pecho. Con la sangre escurriendo por la boca de Lord Waystar, su hijo, Ser Ram grita por la vida de su padre, que se desvanece ante sus ojos.
Finalmente ha propinado una patada en su abdomen, haciéndole caer de espaldas contra el suelo.

El salón quedó completamente silenciado mientras las tropas de la hermandad y de la mansión observaban la escena, el cuerpo muerto de Lord Waystar tendido boca arriba en el suelo vertiendo sangre de su boca, Florencio queda observando el cadaver unos segundos mientras la espada gotea la sangre de su pecho y la arroja a un lado al igual que su escudo y suspira profundamente, y cojea lentamente hacia el cadaver dejando un rastro de sangre por su herida en la pierna hacia el cadaver de Waystar y recoge su mandodoble, símbolo del Lord de Jhart.

Florencio llama a uno de los seis campesinos que tuvieron el valor de quedarse con el para la batalla, el que en mejores condiciones se encontraba y cuando se acerca ante el, Florencio le otorga el mandodoble y se lo coloca en las manos y seguido le da unas palmadas en el hombro, acto seguido los campesinos gritarón: "QUE VIVA EL ROBLE DE JHART!" y empezaron a festejar, abrazando a los hermanos del hierro que estaban a sus lados, algunos aplaudieron otros se quedaron indiferentes pues su Lider Tyzen aún no se pronunciaba, el salón volvió a calmarse un poco cuando Florencio comienza a cojear de nuevo pero esta vez en dirección a Ser Ram Waystar que estaba en el suelo, quebrado por como habían resultado las cosas, un mercenario de la hermandad ofreció matarle por él pero Florencio le freno con la mano, "No. llevenlo a prisión y asegurense que le atiendan la pierna y tenga los minimos cuidados. El resto de los prisioneros, pueden unirse a nosotros, servirle al pueblo o pueden acompañar a sus antiguos lideres a los calabozos. Ser Ram Waystar será acusado y sentenciado en un juicio público. Quiten todos los estandartes de la Casa Waystar, todo lo que sea Waystar destruyanlo. ya no gobernarán estas tierras. Mañana comenzará el cambio".

- TE CREES MEJOR QUE OTROS, ASQUEROSO PORDIOSERO?! - Vociferó Ser Ram Waystar en un arrebato de ira, Florencio lo mira sin decirle una palabra. - Eres solo un campesino, no eres nada, no seras nada jamás, llevarás este pueblo a la ruina, quien te ha enviado, quien te ha dado la facultad de dar ordenes, quien piensas que eres?. -

Florencio sin quitarle la vista de encima se voltea a medias, y girando la cabeza para verle de reojo le dice en un tono serio, "Soy Rhyk, el Roble de Jhart." Y cojea hacia la salida acompañado de sus campesinos mientras las tropas lo cogen y lo arrastran a los calabozos junto a los otros prisioneros.

FIN.
Ruben
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Nobleza

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